A propósito de la pureza de la lengua

Las lenguas, como entes vivos que son, están sujetas a cambios. Una de las manifestaciones de estos cambios es la creatividad léxica, ya sea por mecanismos propios de una lengua, por uso o por la introducción de elementos ajenos a una lengua (préstamos). Si bien la influencia de unas lenguas en otras es una constante histórica, este fenómeno se ha acentuado en el mundo en el último tiempo con el avance de las comunicaciones y el mayor intercambio cultural.
Es común que una lengua tome palabras de otra lengua y las haga parte de su propio vocabulario: se llaman préstamos y el proceso se llama préstamo lingüístico. Pedir prestado normalmente implica un cierto grado de bilingüismo para al menos algunas personas, tanto en la lengua que toma prestado como en la lengua que se toma prestado.
Las lenguas toman prestadas palabras de otras lenguas principalmente por necesidad. Cuando los hablantes de una lengua adquieren algún elemento o concepto nuevo del extranjero, necesitan un nuevo término para acompañar la nueva adquisición; a menudo se toma prestado un nombre extranjero junto con el nuevo concepto. Algunas veces también se toman préstamos por prestigio porque la lengua de donde se toma el préstamo tiene más poder. Los prestamos lingüísticos no afectan la vitalidad de una lengua, de hecho son una muestra de lo fuerte que está una lengua.
La siguiente es una lista de algunos préstamos al español de algunas de las lenguas que le han prestado que tal vez no sabías que lo eran:
Del euskera: boina, cachorro, chaparro, izquierdo, zurdo.
Préstamos celtas: pantalones, camisa, carro, cerveza.
Del germánico: ganar, ganso; bandera, espiar, guardar, guerra, guía, robar, blanco, falda, gris, guante, rico, ropa, sopa, toalla, norte, sur, este, oeste.
Del árabe: alcalde, almacén, barrio, adobe, albañil, limón, naranja, alcohol, azul.
De Taino: iguana, maíz, tuna, enagua, huracán.
De Caribe: loro, colibrí, caimán, Caribe.
Del náhuatl: hule, tiza, coyote, guajolote, chocolate, cacao, chicle, tamal, jícara, pulque, camote, elote, nopal, guacamole, cuate.
Del quechua: papa, coca, mate.
De Tupí-Guaraní: jaguar, piraña, tapioca.
Del inglés: bistec, ron, whisky, yate, bar, estrés.
Sin los préstamos no tendríamos cerveza, ni limón, ni chocolate ni cachorros, aunque fácilmente podríamos prescindir de las guerras y de robar.
Puedes encontrar más información en Campbell, Lyle. 2013. Historical Linguistics: An Introduction. Cambridge, MA: MIT Press.