Entretenimiento

¿Cómo fue que me metí en esto?

Estoy tan tranquila en mi departamento, en Chihuahua. Espero que pase la pandemia junto con mis perras. Mientras termina mi contrato laboral, observo cómo transcurre la vida en aislamiento desde un segundo piso en esta seca y arbolada ciudad. 

Tengo una rutina muy sencilla que, desde luego, me satisface. Me levanto temprano y salgo a caminar con las perras. Regresamos, les doy de comer, me arreglo y a las 7 ya estoy lista para escuchar en vivo un programa de radio por internet. Desayuno escuchando la música y los comentarios que hacen las locutoras. Justo a las 8, abro mi correo electrónico oficial para ponerme a trabajar. 

Sin embargo, son los inicios de la pandemia, hay mucha desinformación, miedo e incertidumbre y el estudiantado, por lo menos el mío, no sabe muy bien cómo responder. Así que reaccionan con la inacción. Eso hace que yo no tenga nada que hacer. Por lo tanto, sigo escuchando la siguiente hora del programa de radio. 

Por supuesto que no puedo estar sin hacer nada y me pongo a corregirle la plana a las locutoras. A veces, ¡la audacia!, llego a mandarle mensajes a una de las locutoras, diciéndoselo. ¡A su número personal! Bastante atrevida para mis estándares, debo agregar. 

Evidentemente que aquello solo puede terminar de dos maneras: que la locutora en cuestión me bloquee de sus contactos o que me incluya en la producción del programa. Lista como ella sola, opta por lo segundo. 

Como resultado de eso, aquí estoy, buscando notas, redactando guiones, armando listas de música, asistiendo a cursos, alimentando un blog, sosteniendo un canal en Telegram y disfrutando masivamente este proyecto divertido y creativo llamado Lado B en Radio UAN. 

 

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