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El Decamerón como inspiración en la música “pandémica”.

La novela el Decamerón de Boccaccio fue escrita tras la peste bubónica que en 1348 redujo a la población de Florencia casi a dos tercios de lo que era. 

Tras la epidemia, el autor construyó una extraordinaria historia en la que cuenta cómo, durante 10 días, un grupo de diez jóvenes se encierran en una villa a las afueras de Florencia para intentar escapar de esta terrible epidemia. Cada uno de los diez días de confinamiento abordados en el libro concluye con una canción cuyo objetivo es brindar consuelo a los protagonistas durante el paso de la enfermedad. 

Los relatos presentes en la novela transmiten el ánimo social después del inesperado golpe. Boccaccio sabía que la palabra no bastaba para referirse al panorama social, por lo que se apoyó en las muñecas rusas para crear un sistema narrativo musical que hilaba todas las estructuras sociales de la novela. Esto inspiró a  algunos compositores de la época a retomar estas canciones y crear sus propias composiciones como una forma de recuerdo de los momentos tormentosos que trae consigo una pandemia. 

El barroco extendería su mirada no ya a los poemas del final de cada jornada, sino a los relatos transformados ahora en nuevas óperas. De entre todos ellos fue la Griselda, el cual es el último cuento de la última jornada y que Francesco Petrarca ayudó a divulgar, la que más obras inspiró, precisamente por subrayar el valor de la paciencia en su protagonista.

Pollarolo, Albinoni, Orlandini o Alessandro Scarlatti escribieron sus óperas sobre este relato. Y entre todas ellas, destaca la Griselda de Vivaldi, compuesta en 1735, tras la terrible pandemia de gripe en Europa de 1732.

Casi ochocientos años después ya no es la peste negra o las ratas y sus pulgas las transmisoras de la nueva pandemia. Ahora un COVID-19 invisible y fantasmal dejará nuevas grietas en la conciencia colectiva e individual.

Y la música es de nuevo un testigo excepcional que surge como un grito de supervivencia al caer la noche sobre nuestras casas a donde nos han mandado a recluirnos. Al paso que vamos serán muchas más de las diez jornadas presentadas en el Decamerón, así que la paciencia será nuestra mejor aliada. Todavía quedan por llegar las canciones que registrarán la memoria de esta pandemia universal.

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