Hans Christian Andersen

LA MARGARITA
En un gran jardín lucían preciosas flores de todos colores, en un rincón una mata de margaritas en quien nadie se fijaba crecía sin sentirse menos regocijada de haber nacido, dando gracias y embelesada por los cantos de la alondra que cruzaba el espacio.
Veo y oigo, pensaba. El sol me calienta y la brisa me mece dulcemente. ¡Cuantos seres carecen de una dicha semejante! Ni las peonias, ni los tulipanes, orgullosas de sus colores se dignaron en mirarla ¡como brillan, qué colores tan vivos sin duda el gallardo pajarillo que desciende de las nubes viene por ellas, qué bueno que soy su vecina así podré admirar al lindo cantor, pensó.
La alondra atravesó la verja, se paró entre la hierba y acarició a la margarita con su pico regalando un suave trino, se fue volando sin fijarse en peonias, ni tulipanes. La margarita no se lo podía creer. Las flores envidiosas demostraban su rabia, hasta que una chica con tijeras afiladas se dirigió a los tulipanes para cortarlos. Esa noche la Margarita soñó con el pajarillo.
A la mañana siguiente la margarita reconoció el triste acento de la alondra. Unos niños la habían encerrado en una jaula, ella quería ayudarla, pero no podía, los niños fueron al jardín con un cuchillo y cortaron un trozo del pasto, en cuyo centro iba la humilde margarita, uno de ellos quiso arrancarla, pero el otro no lo permitió.
Los niños pusieron el trozo de hierba en la jaula, pero olvidaron poner agua y la alondra murió abrasada por la sed, hundiendo el pico y mirando a la florecilla quien sentía envidia de los seres que expresaban, porque ella no podía consolar al pajarito, lo único que pudo hacer fue abrir su corola para exprimir todo el delicado perfume que le quedaba y después reclinarse apesadumbrada y mustia sobre su tallo para morir.
Adaptación por Shío López del cuento “La margarita” de Hans Christian Andersen quien falleció el 4 de agosto de 1875.