¿Lengua o parásito?

En Cienciamx aparece la noticia de un parásito crustáceo, Cymothoa exigua, que se introduce, por las agallas, en la boca de algunas especies de peces, como el huachinango.
Lo que el parásito hace a continuación puede resultar bastante desagradable para algunas personas: succiona la sangre de la arteria que alimenta la lengua del pez; al no recibir irrigación sanguínea, la lengua se atrofia y se cae. Cuando esto ocurre, el parásito se ancla con sus apéndices traseros a los músculos que controlaban la lengua y la sustituye para así alimentarse de lo que el animal ingiere. Ya no succiona la sangre del pez. Cambia completamente su alimentación y pasa de ser un organismo hematófago, a un organismo heterótrofo.
Además el Cymothoa exigua nace macho, pero cuando logra invadir la boca de un pez se transforma en hembra para el resto de su vida adulta. Cuando uno de estos parásitos crustáceos llega a una boca que ya ha sido invadida, ya no desarrolla órganos reproductores femeninos. Lo que hace es fecundar al crustáceo hembra que ya se encuentra dentro de la boca del pez.
Debido a que el pez es capaz de usar el parásito como una lengua normal, no sufre un daño mortal, pero puede sufrir una baja de peso o disminuir su ritmo de crecimiento, pues el parásito se alimenta de su comida, aunque no de toda. Ambos animales pueden seguir conviviendo.
Encontrar el parásito Cymothoa exigua en el plato no debe ser una experiencia agradable. Dos pequeños ojos negros mirando desde el interior de la boca de un pescado son el primer indicio de que este crustáceo suplantó la lengua del animal que se tiene enfrente.