Pistas para aproximarte a la obra de David Lynch

Si eres una persona que nunca ha visto ninguna película del director David Lynch, o en su defecto viste alguna película pero no entendiste qué pasó, no te preocupes, vamos a compartir algunas pistas que quizá puedan serte de utilidad para aproximarse el estilo de este artista.
David Lynch es considerado un maestro del surrealismo, aunque a él mismo no le gusta encasillarse en este estilo, lo cierto es que en todo su trabajo creativo se puede apreciar dicha característica.
El surrealismo es una corriente artística caracterizada por mezclar la realidad y los sueños, las experiencias oníricas que tenemos durante nuestras horas profundas del sueño, nos perturban, ya sean pesadillas o sueños idílicos lo importante es que en la lógica del sueño hay algo que siempre nos saca de onda, piensa por ejemplo cuando sueñas con una persona que amas, pero no está contigo por cualquier razón, en el sueño es posible, pero en la realidad no, por tanto el surrealismo juega con esa contraposición de ideas, aquello que en la vida cotidiana no puede ser posible, Lynch lo presenta como posible eso perturba al espectador, tal cual si estuviésemos soñando, entornar los ojos, intentar comprender, ese es el reto al espectador, que nuestros ojos, nuestros oídos, nuestra experiencia sensorial se conecte con las imágenes para intentar leerlas, interpretar los signos, y simplemente sentir las atmósferas que el artista crea a partir de luces, colores y sonidos.
Hay una obsesión del director en toda su obra que es la idea de que las cosas no son lo que aparentan, si rascamos un poco podemos descubrir los misterios profundos que subyacen a casi todo lo que nos rodea, y eso muchas veces es pesado y chocante, pero ese shock que se produce en nosotros constituye una experiencia, algo se mueve dentro de nosotros y explorarlo es un bonito trabajo que le interesa a Lynch. Angelo Badalamenti ha colaborado muy de cerca en esta exploración entro los dos han creado piezas sonoras capaces de sacudir emociones profundas agudizando atmósferas “extrañas”, “repulsivas”, “misteriosas”. La realidad es plana, no tiene esquinas, cada uno le da las dimensiones desde su propia perspectiva, pero para Lynch el arte es el espacio perfecto para, a través de las herramientas de trabajo con las que cuenta, crear un estadio de sublimación, donde la idea que surge de la mente creativa encuentra un punto de expresión y entonces conectar con el espectador, no te preocupes si no entiendes una obra de David Lynch, muchas veces el mundo que habitamos no lo entendemos, y eso no nos impide apreciar su belleza, las piezas de Lynch pueden ser una especie de emulación a eso incomprensiblemente estético que son los sentidos como vehículos para experimentar el mundo.